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JOSÉ RAFAEL HERRERA
presiones de su
sentido comun2
1, corno reflejo directo de su temor y de
su
fantasia22.
Sólo entonces, la vileza, el egoismo, la lujuria y la voracidad
fueron, por decirlo asi,
domesticados
y convertidos en el poder y la po-
tencia del desarrollo y organización del entramado social. Por lo cual - y
conviene enfatizar en este aspecto - , dichos caracteres no fueron ni
extir-
pados
ni
superados,
sino, en todo caso, y a pesar de la diversidad de sus de-
terminaciones esperificas,
conservados
de alguna manera, corno elemen-
tos integrantes del
nùcleo,
esto es, del principio generai inmanente a la na­
turaleza del
ser social,
o, corno dice Marx en la Tesis VI sobre Feuerbach,
de la
esencia humana.
El
homofaher
es pues, a la vez, y precisamente por
elio, el
homo fabulator2^.
De hecho, corno sostiene el propio Vico:
Los primeros pueblos del gentilismo, por una demostrada necesidad de su
naturaleza, fueron poetas, que hablaron mediante caracteres poéticos; el cual
descubrimiento, que es la llave maestra de està ciencia, nos ha costado la ob-
stinada investigación de casi toda nuestra vida literaria, ya que desde nuestra
naturaleza civilizada es de hecho imposible de imaginar, ysólo con gran esfuer-
zo nos es posible comprender semejante naturaleza poètica de tales hombres
primitivos. Esos caracteres poéticos eran ciertos géneros fantàsticos (o bien
imàgenes, por lo generai de sustancias animadas, de dioses o de héroes, forma-
das por la fantasia) con los que reduci'an todas las especies o todos los particu­
lares al correspondiente gènero al que pertenerìan [...]. Tales caracteres divi­
nos o heróicos resultan ser fàbulas, o bien lenguas verdaderas; y se descubre
que la alegoria tiene un sentido no ya anàlogo sino unìvoco, no ya filosòfico si­
no histórico, de aquellos tiempos de los pueblos de Grecia. Ademàs, puesto
que tales géneros (en esencia, las fàbulas) eran producto de una robusta fanta­
sia, propias de hombre de raciocinio débil, en ellas se encuentran las verdade­
ras sentencias poéticas, que deben ser sentimientos revestidos de grandfsimas
pasiones,yporeso,llenas desublimidadydesencadenadoras deilusiones[...]24.
21 En Vico, el
sensus communis
no debe ser interpretado ni corno buen sentido ni corno
sentido vulgar o inferior respecto del resto de las formas de conocimiento. Mas bien, es el
me­
dium
(o si se quiere, la
mediación)
que orienta a los hombres no solamente hacia la verdad si­
no, al mismo tiempo, hacia la utilidad, y que establece, en consecuencia, relaciones entre las
necesidades y los modos de satisfacerlas. De ahi su vinculación a la actividad pràctica y a la
experienda o
prudencia
, no solamente individuai sino colectiva, que se sustenta sobre la me­
moria y las costumbres. No debe confundirse, por lo tanto, con el significado que tiene este
concepto en Descartes, ya que, para Vico, en Descartes el sentido comun asume un significa­
do de corte solipsista, sobre la base de la interpretación del
cogito
corno
tabula rasa
de las ex­
periendas cognoscitivas.
22 «La fantasia» - dice Vico - «es tanto màs robusta cuanto màs débil es el raciocinio»
(
Cn44,
voi. I, p. 114).
25 De
\\zcho,faber
(hacedor-ingeniero) y
fabulator
(narrador-poeta) poseen la misma ra-
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gramatical de donde proviene el término
fàbula
, en el sentido de la creación fantàstica.
24 Ivi, pp. 56-57.
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