LA CONCEPCIÓN VIQU1ANA DE «SOCIEDAD CIVIL»
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Necesidad y temor25
, o
corno dice V ico,
ser y subsistir
:
No habìa ningun orden en la humanidad, todo era oscuro, porque esta-
ba privado de la luz civil... Monstruos informes que todo lo devoraban..., los
hombres, en su infame comunidad, no tenian forma propia de hombre, y
eran absorbidos por la nada, dado que en la incertidumbre de la prole nada
dejaban corno suyo. Los fìsicos26después tomarian este caos corno la mate­
ria primera de las cosas naturales, que, informe, està sedienta de forma y las
devora a todas. Pero los poetas también le otorgaron la forma monstruosa
de Pan, dios salvaje, numen de todos los sàtiros, que no habitan las ciuda-
des, sino las selvas: situación a la que se vei'an reducidos los impios vaga­
bundos a través de la gran selva de la tierra, los cuales tenian aspecto de hom­
bres y costumbres de bestias nefandas. [...] Pero: Al fin fulminò el cielo, y
Jupiter dio principio al mundo de los hombres al poner a éstos en conato,
que es propio de la libertad de la mente, asì corno con el movimiento, que
es propio de los cuerpos, que son agentes necesarios, comenzó el mundo de
la naturaleza. [...] Aquello que en los cuerpos parecen ser conatos, son en
realidad movimientos insensibles. [...] De tal conato salió la luz civil [_]27.
Ser es
ser producido y,
po r ende,
hecho: factum.
Toda actividad huma­
na -
Gramsci dixit
-
es
creadora.
L a
necesidad y
el
temor
- en palabras de
Marx: la
estructura y
la
sobrestructura
-
fundan la producción absoluta
del
ser
social. M as, si los hombres son lo que producen , corno resultado
de la necesidad
y
del temor, lo que se p roduce, la sustancia del
ser social
en cuanto tal, es, en
y
p ara si m isma,
productiva.
En tal sentido, la
Scien­
za nuova
de V ico es, precisamente, la exposición del conocim iento de e s­
mente humana
que hace
y
conoce la historia en cuanto que la
produce
,
lo cual estab lece el principio
y
causa de la realidad histórica. D e ahi que,
en ella, es decir, en la realidad h istórica, coincidan pienamente la
certeza
y
la
verdad.
M as aun, està coincidencia se determ ina en la identificación
inmanente al ritmo de desarrollo de los individuos
y
al ritmo de desa-
rrollo de los pueb los, en tanto que «lo s hombres primero sienten sin ad-
vertir, despu és advierten con ànimo p ertu rbado
y
conmovido
y,
final­
mente, reflexionan con mente p u ra ». D e este m odo, se sorprende el he-
25 En relación con el
temor,
en la Sección Primera de la «Metafìsica Poètica» de la
Scien­
za nuova,
Vico senala lo siguiente: «las primeras gentes simples y toscas, se imaginaron los dio-
ses
ob terrorem praesentis potentiae.
O sea, el temor es lo que hace imaginar la presencia de
los dioses en el mundo. En todo caso, se trata no dei temor inspirado por unos hombres en
otros, sino dei temor por si mismo y en si mismo, es decir, por ellos mismos en si mismos» (ivi,
voi. I, p. 166).
26 Vico se refiere a los primeros filósofos griegos, conocidos en la historia de la filosofia
como los fisicos.
27 Ivi, pp. 87-88.
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