LA CONCEPCIÓN V1QUIANA DE «SOCIEDAD CIVIL»
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tes, y de los férreos dominios de los fuertes resultan al cabo esas sociedades
refinadas y civilizadas que tan opuestas parecen a esos dominios, pero que
no podrian existir sin su generosa barbarie44.
Por eso, si para Maquiavelo era menester el invocar el
caràcter reli­
gioso del Estado, Vico no vacila en hablar de
la «divinidad de la fuerza».
Tal es, en sfntesis, «la dureza del drama humano que incesantemente se
crea y se recrea»45, del drama que sustenta la base de comprensión del
proceso mediante el cual fue posible el surgimiento de la moderna so­
ciedad civil.
Los fundadores de la humanidad gentilicia se imaginaron los dioses con
su teologia naturai; descubrieron las lenguas con su lògica; originaron los hé-
roes con la moral; fundaron la familia con la economia y con la politica las
ciudades; establecieron con la fisica los principios de todas las cosas divinas;
con la fìsica particular del hombre, en cierto sentido se generaron a si mi-
smos; con la cosmografìa fingieron un universo todo lleno de dioses; con la
astronomia Uevaron de la tierra al cielo los planetas y las constelaciones; con
la cronologia dieron principio a los tiempos, y con la geografìa, sirvan los
griegos de ejemplo, inscribieron el mundo dentro de la propia Grecia46.
Es este, segun Vico, el origen de la sociedad civil, cuyo proceso re-
constructivo revela la «historia de las ideas, costumbres, y hechos del gè­
nero humano». Sólo a partir de ella se puede apreciar el surgimiento de
la «historia de la naturaleza humana» y, en consecuencia, «los de la his­
toria universal»47.
Los hombres son lo que producen, pero no sólo de un modo indivi­
duai, sino también de modo colectivo. Si la historia universal de la so­
ciedad humana se pudiera concentrar en la figura de un individuo par­
ticular, ese individuo poseeria el recuerdo de todo su devenir, lo cono-
cena todo, tendria la facultad de sintetizar en él todo el saber conquis-
tado hasta el presente. Pero dado que la historia universal no es la crea-
ción de un individuo en particular, a ningun individuo se le puede atri-
buir semejante capacidad de comprensión del mismo modo corno el ma­
temàtico lo hace en relación con sus formulaciones y ejercicios. No obs-
tante, el conocimiento de la historia, de la mitologia, de la literatura, de
la psicologìa social y del derecho, ponen a los hombres en capacidad de
comprender lo que son mediante el estudio de lo que han sido. Com-
44 B.
C r o c e ,
Ètica y Politica
,
Buenos Aires,
1952, pp. 220-221.
45 Ivi,
p. 221.
46
C.n44,
voi. I,
p. 158.
4'
lhid.
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